Intenté comunicarme con ella, intenté hablarles y razonar, pero estaba claro que no podría hacerlo. Estaba claro que a aquella mujer transformada la habían dejado ahí para matarme.
Entendí precisamente qué era lo que pretendía hacer mi hermano: él sabía que yo iría a las instalaciones, sabía que yo me enteraría en el momento en el que visitara a Alana. Todos sus movimientos estaban fríamente calculados para que yo terminara ahí, encerrado en aquella bodega con esa criatura que se veía peligrosa.
Esto era lo que él pretendía. Si me mataba directamente sería mucho más sospechoso. En cambio, si simplemente encontraban mi cadáver destrozado y devorado por algún animal, sería más fácil de utilizar. O tal vez simplemente le pareció que aquella forma de morir sería graciosa para mí.
Cuando la criatura se lanzó hacia mí corría en cuatro patas, como si fuese una especie de pantera. Su pelaje oscuro brilló con el flash de mi celular. Yo intenté levantar las manos sin gritar muy fuerte; eso era