CAMILLE ASHFORD
—No olvidé que nos veríamos de nuevo —respondí con la garganta seca. Su presencia era demasiado intimidante y me hacía flaquear.
—Espero que hayas dejado todo en orden —dijo Lucien con voz firme y calculada—. Te di el tiempo suficiente.
Me esforcé por mantenerme erguida, pero la presión en mi pecho era sofocante. Debía de admitir que, durante todo este tiempo, pensé varias veces en simplemente escapar, huir lo más lejos posible sin decirle a Damián o a Andy, pero no pude, tal vez no tuve el valor suficiente.
—Lo hice —respondí por fin con un suspiro apesadumbrado—. Mi hermano ya sabe que estoy comprometida contigo y que estoy embarazada.
Lucien frunció el ceño y bajó la mirada a mi vientre. En su expresión vi algo parecido a la duda, pero su rostro se endureció de inmediato.
—No mientas —susurró con frialdad. Se acercó un paso más, hasta que apenas nos separaban unos pocos centímetros—. Ni siquiera un bebé va a suavizar esto... Ruega porque no sea cierto.
Mi corazón