ALEXEI MAKAROV
Mi cuerpo entumecido y acalambrado me hizo abrir los ojos. Seguía en mi habitación, pero mi rostro ya no estaba contra la alfombra. Estaba entre almohadas y sábanas, pero… no sobre el colchón. Seguía en el piso y con una camisa nueva.
Apoyé ambas manos para poder levantarme, haciendo gestos de dolor, la carne seguía palpitando, entonces la vi ahí, sentada en una silla cerca de mi escritorio. Cruzada de piernas y de brazos, viéndome con esa intensa mirada azul.
La vi por largos segundos, con ese ceño fruncido y gesto rígido me hizo pensar que ya había visto ese rostro antes, pero… ¿dónde?
—Intenté subirte a la cama —dijo entornando la mirada antes de torcer los ojos. Era una chica muy expresiva. Cada palabra que salía de su boca iba acompañada de algún gesto—. Creo que… confíe demasiado en mi fuerza y subestimé mucho tu tamaño y peso. Así que… no pasé del primer intento.
—Me parece lógico… —susurré. Mi voz sonaba oxidada. Entonces volví a ver todas las almohadas y sába