ROCÍO CRUZ
El aire en la pista de aterrizaje jugaba con mi cabello y chocaba con mi cuerpo haciéndome temblar. James de inmediato se quitó la chamarra y la puso sobre mis hombros de manera gentil. Siempre dedicándome una mirada tan dulce que me derretía.
Entonces vimos aterrizar el avión en el que llegaba Lucien, con esas pequeñas luces titilando en medio de la noche. En cuanto se dirigió hacia el hangar, tomé la mano de James y juntos nos acercamos a recibirlo.
Me quedé boquiabierta, pues parecían artistas. Lucien con esa actitud imponente y atuendo oscuro, con su abrigo sobre los hombros, como la capa de un vampiro a punto de atacar. Cuando llegó al último escalón, se giró para ayudar a su esposa, Camille, quien llevaba a su bebé en brazos.
Era una rubia encantadora, con el pelo