Capítulo 59. Un lugar en su corazón.
Ellen.
Ellen no sabía cómo ponerle palabras a lo que sentía mientras observaba a Nathan estirando el brazo hacia la copa de jugo que Derek le acababa de servir con una sonrisa suave y atenta.
No era una escena extraordinaria. No había luces deslumbrantes ni discursos memorables. Solo una mesa compartida, platos servidos, risas dispersas… Y un padre descubriendo a su hijo.
Derek estaba diferente esa noche. No por la ropa ni por el gesto más relajado, sino por la forma en que miraba a Nathan. Como si cada movimiento del pequeño fuera un regalo inesperado.
—¿Te gusta la pizza, campeón? —preguntó con ternura, inclinándose un poco hacia él.
Nathan asintió con la boca llena, y sin levantar la mirada, alzó su manito con un pulgar hacia arriba. Todos rieron.
Ellen también. Pero su risa no tapó el nudo que comenzaba a formarse en su pecho. Llevaba meses imaginando este momento. Años. Pensando cómo sería si Derek supiera la verdad, si lo aceptara, si lo quisiera. Y ahora lo tenía frente a sus