Capítulo 31. Aurora.
Ellen.
Seattle la recibió con una lluvia suave, persistente, como si la ciudad quisiera acompañarla en silencio mientras ella daba los primeros pasos de su nueva vida. Ellen respiró hondo al bajar del tren, aferrando su abrigo contra el viento húmedo. El aire olía a tierra mojada, a abedules, a una calma distinta. A futuro.
La casa de sus padres seguía igual desde la última vez que había estado allí. El porche necesitaba pintura, el jardín reclamaba cuidado, pero era su refugio. Se instaló sin prisa, dándose el tiempo de recorrer cada rincón con respeto, dejando que los recuerdos le hablaran, sin huirles pero sin quedarse atrapada en ellos.
Durante las primeras semanas, se dedicó a acomodarse, a planificar con una energía que no sabía que tenía. Buscó proveedores, actualizó contactos, armó una red digital de servicios de marketing integral y se inscribió como trabajadora independiente. Eligó un nombre para su emprendimiento: "Aurora Creativa". Porque era eso lo que sentía: que una nu