Alexander 🌸
Finalmente, me encuentro frente al estudio de Bianca. Apago el motor, bajo del coche y activo la alarma. Me quito los lentes de sol mientras observo a mi alrededor. El guardia está en su puesto, y mi guardaespaldas, Aleric, me espera con la mirada alerta.
—¿Todo bien? —le pregunto.
Asiente, mirando de reojo hacia la puerta del estudio.
—Sí, señor. Estuvo muy ocupada hace un rato, tuvo muchos clientes, pero ahora está pensativa.
—¿Pensativa?
—Sí, señor, pero todo bien.
—¿Vino alguien?
—No, nadie. Solo recibió una llamada y desde entonces la veo desconcertada.
—¿Una llamada en su móvil?
—No, en su teléfono de la oficina.
Frunzo el ceño. Algo no me cuadra.
—Bien, prepárate. Vamos a buscar a una amiga que trabajara para mi madre. Quiero que vengas con nosotros.
—Claro, señor. No se preocupe.
Entro al estudio y la veo ahí, con la mirada perdida. Me acerco y le doy un beso en la espalda, pero ella se sobresalta, asustada.
—¡Por Dios, Alexander! ¿Por qué haces eso? Me asustaste.