Capítulo 86.
Mientras Mateo elegía las pruebas que realizaría el día siguiente en Aegis, Harper; en la habitación veía un ensayo de los días anteriores que Minda le envió. Con una bitácora en la mesa y un bolígrafo se dispuso a crear una rutina, en base a lo que veía.
Ambos haciendo lo que más les gustaba perdían horarios, volviendo a su realidad sólo para alimentar a los animales que los acompañaban.
Harper, al llegar la noche recordó que no había cenado y el medicamento que tomó requería esa estricta regla, por lo que salió del dormitorio.
—Su cena— dijo la mujer que llevaba una bandeja extensa.
—Yo no pedí nada.
—Hay instrucciones— reveló yendo a la mesa donde comenzó a acomodar todo.
—¿Quién?— consultó.
—Del señor— aclaró su voz. —Reglas para la casa, horarios de comida si hay alguien aquí.
Salió a paso ligero, luego de preguntar si necesitaba algo más. Harper no le dio importancia y comió tranquila, mientras seguía viendo las rutinas que ahora le hacían recordar cada uno de esos d