Capítulo 87.

Estoy cansada, realmente cansada. Prometí que me vengaría, pero aún no ha llegado mi momento. Siento que mi vida es una mierda. Aunque ahora lo tenga todo, me siento igual de vacía y de humillada que cuando era una esclava en la manada oscura.

Apenas si duermo, y no es porque no lo intente, pero es que las pesadillas cada vez son peores que el mismo insomnio. A menudo me despierto sudando y temblando con la imagen de Derek tendido en el suelo del campo de batalla.

Él no merecía morir así. Y Calen...

No sabía si estaba vivo. Al menos Paul no lo había encontrado, y eso me daba cierta esperanza, aunque con el paso de los días y las semanas cada vez era menor.

—Yo sería mejor padre que Pequeña Estrella —me dijo una noche, mientras acariciaba la cabeza de Hugo como si fuera suyo.

Ese gesto y esas palabras me revolvieron el estómago.

Hugo era mío. Mío y de Calen. Aunque Calen me hubiese despreciado y humillado, eso no borraba la verdad. Hugo era su hijo, su sangre y de su linaj