Capitulo 38.
Capítulo 38.
No recuerdo en qué momento cerré los ojos. Solo sé que el dolor desapareció. Todo era confuso y cálido, era como si flotara en un lugar ajeno a este mundo. Me sentía ligera y, por primera vez en mucho tiempo, no sentía dolor. No me dolía el cuerpo y menos el corazón. Me sentía totalmente en paz, pero de repente su voz llegó hasta mí.
—¡Every, no te duermas! ¡Joder, Every, abre los ojos!
Quise decirle que no gritara, que estaba tan cansada… Solo un segundo, solo quería descansar un poco. Pero no podía. No podía moverme, no podía hablar. Era como si estuviera atrapada en algún rincón de mí misma, escuchándolo, sintiéndolo, pero a la vez no podía reaccionar.
—No te atrevas a dejarme. ¡No te lo permito! Si te pasa algo, Every… te juro que te mato yo mismo.
Quise reír. ¿Cómo iba a matarme si ya me estaba muriendo? Era tan típico de él. Tan dramático, tan violento en sus sentimientos. Incluso ahora, incluso así, no podía simplemente decir que me quería. Tenía que gritar con