Capitulo 25.
Capitulo 25.
Después de todo lo que había pasado entre nosotros, me había prometido a mí misma que no volvería a dirigirle la palabra a Calen.
Estaba realmente dolida y había tomado una decisión. Nos habíamos cruzado varias veces por el pasillo y ni siquiera nos habíamos mirado; si habíamos tenido la desdicha de encontrarnos en el comedor, también nos habíamos comportado como si fuéramos extraños.
Él no había intentado acercarse a mí, es más, hacía exactamente lo mismo que yo: me ignoraba. A Calen jamás le gustó admitir sus errores, y esta vez no iba a ser diferente.
Siempre que nos peleábamos, al final la que terminaba cediendo era yo, aunque la culpa fuera suya. Yo era la que terminaba pidiendo perdón y la que terminaba humillándose.
Y si toda esta situación no era ya lo suficientemente incómoda, todavía me faltaba la puntilla. Mientras caminaba por los pasillos, me di de bruces con una escena demoledora.
Calen paseaba abrazado a Natasha. Ella reía y le hablaba emocionada sob