Tres años después...
Habían pasado tres largos años, un periodo en el que la vida de todos había cambiado de forma radical y profunda. Después de aquella conversación en la que Grecia, con el corazón en un puño y una mezcla de temor y tristeza, le había confesado a Guillermo que estaba esperando un segundo hijo de Luis Fernando, la relación entre ambos dio un giro completamente inesperado y devastador.
En ese momento, Grecia se sentía herida e impotente al no poder regresar a Nueva York con su hijo Guillermito. La amenaza de Guillermo había sido contundente y clara; legalmente, ella estaba atada de pies y manos. Aunque considerara la opción de acudir a un juez en busca de ayuda legal, había un obstáculo que la perjudicaba enormemente: estaba embarazada nuevamente de otro hombre que no era su esposo. Este hecho complicaba aún más su situación, ya que Guillermo podía fácilmente solicitar la custodia del pequeño Guillermito, argumentando que Grecia le había sido infiel con Luis Fernando, el hijo de la muje