Ambos se miraron fijamente, en un silencio que parecía eterno. Había tantas cosas lamentables que habían pasado entre ellos, especialmente entre sus familias. Sin embargo, en ese momento, Guillermo estaba profundamente agradecido. De no haber sido por Luis Fernando, no habría llegado a tiempo al nacimiento de sus trillizos. En medio de la vulnerabilidad que sentía por no saber qué iba a pasar con sus tres pequeños, la aflicción lo invadía. Tenía los sentimientos a flor de piel y una nostalgia abrumadora por no tener a sus padres en un momento tan importante como ese. Estaba seguro de que, de estar vivos, les habría dado mucha felicidad saber que tenían unos nietos hermosos.
Fue entonces cuando, dejando de lado sus diferencias, Guillermo no solo le dio la mano a Luis Fernando y la apretó con fuerza, sino que, en un impulso emocional, lo jaló hacia él y lo abrazó. Mónica y Luis Fernando se quedaron boquiabiertos, sin poder creer lo que estaba sucediendo.
Guillermo estaba tan sensibl