Burgos y Mercedes se encontraban sentados en la sala de espera del hospital, rodeados por un aire denso de incertidumbre y ansiedad. Ambos estaban sumidos en sus pensamientos, tratando de procesar la tragedia que había ocurrido y el cambio que iban a experimentar a partir de ahora en sus vidas. Burgos tenía a su hijo como tanto lo había anhelado, solo faltaba saber si Mercedes, estaba dispuesta a asumir ser su madre adoptiva.
De repente, apareció Luis Fernando de forma inesperada, con el rostro pálido y los ojos inquietos, visiblemente ansioso y nervioso. Se detuvo en seco al verlos.
—¡Qué sorpresa encontrarlos aquí! — Exclamó sorprendido—. ¿Pero qué pasa? ¿Por qué tienen esas caras tan serias?
Burgos bajó la mirada, sintiendo un nudo en la garganta que le impedía hablar, estaba muy afectado. Las palabras se atoraban en su mente, y el peso de la situación lo abrumaba, lo ultimo que esperaba era encontrarse a Luis Fernando en el hospital. Mientras tanto, Mercedes, sintiendo la ne