Mercedes se quedó pensativa. La pregunta de Burgos la había tomado por sorpresa. Nunca había tenido hijos, y lo más cercano que había experimentado de ser madre había sido su relación con Úrsula. Sin embargo, jamás había cuidado de un bebé.
—Burgos, cariño, me has tomado por sorpresa… —dijo, titubeando—. La verdad es que no me había imaginado asumir un rol tan importante como ser madre. Es una responsabilidad muy grande. ¿No te parece?
Burgos la miró un poco conmovido, tenía los sentimientos a flor de piel, sabía que el peso de su propuesta era difícil de sobrellevar, pero en ese momento Mercedes era su única opción, además de ser la mujer que quería en su vida. ¿Quién mejor que ella para cuidar de su hijo?
—Sí, pero no existe otra persona en el mundo a quien le entregaría a mi hijo si no a ti. Tú eres la mujer que amo, y la única en quien confío. ¿Lo sabías mi amor?
—Sí, lo sé. Estoy consciente de que es una responsabilidad muy grande, y que al casarme contigo debo asumir muc