—¡Yo…!
La mujer quiso salir, pero Margot detuvo su mano.
—¡Se lo suplico, ayúdeme!
—Está bien, la ayudaré. Pronto le ayudaré.
La mujer se liberó y salió apurada.
Margot sintió algo de alivio, pero hasta no estar fuera de ahí, no se sentiría a salvo.
Sintió náuseas, pensó que se debía a no haber comido nada en todo el dìa, se recostó en la cama, estaba tan agotada.
***
Joaquín bailaba con esa mujer, pero buscaba a su esposa con la mirada, no la encontraba por ningún lado.
Eso comenzó a desesperarlo, mientras tanto, Dinorah parecía embelesada con el atractivo del hombre, buscaba como atraer su atención con pláticas, sonrisas, miradas, pegándose al hombre un poco màs de lo permitido.
Sin embargo, a pesar de eso, Joaquín no parecìa ponerle atención, y eso la frustraba, màs y màs.
Diana estaba en el jardín, encontró a Ronald.
—Diana —dijo con un tono casi anhelante, quiso abrazarla, pero ella retrocedió.
—¿Por qué trajiste a esa mujer? ¿Qué pretendes, Ronald?
—¿Qué pretendo? Es nuestro plan