Luego que Marcos se fue a la empresa, Laura fue a la habitación de Marta.
—¿Se puede? —preguntó asomando la cabeza.
—Sí, pasa. —dijo mientras se incorporaba y dejaba el libro a un lado.
Laura se sentó junto a ella.
—¿Qué le ves de interesante a ese libro?
—No es cualquier libro, tiene un trasfondo filosófico interesante. Consejos que puedes aplicar no sólo en los negocios sino en la vida.
—¡Ya suenas igual a Marcos! —contestó con fastidio.— ¿Hablaste con Ignacio? ¿Vendrá?
—Sí, hemos hablado.
—Necesito que me ayudes a elegir algo sexy para esta noche. Quiero que Marcos se emocione como la última vez.
—Sí, claro. —respondió Marta con una sonrisa aunque incómoda con la idea de que Laura y Marcos repitieran aquel encuentro salvaje, pero sobre todo que luego quisiera compartirlo con lujo de detalles.
—¿Vamos a mi habitación? Creo que ya puedes subir las escaleras.
Marta asintió.
Minutos después, Laura abrió el guardarropas mostrando el lote los vestidos colgantes que había compr