Luego de desayunar, Laura fue a su habitación para arreglarse. Tendría su primera cita con el psicólogo.
Abrió el guardarropa y buscó un atuendo que la hiciera lucir fresca, diferente y elegante, sin dejar de ser ella. Al principio había pensado en cambiar su estilo, pero terminó convencida de que el problema no era su forma de vestir ni de comportarse. Que si Marcos le había sido infiel era por decisión propia, no por su culpa.
Las palabras de Mercedes, sirvieron para que Laura recuperara la confianza y la seguridad en sí misma que había perdido al descubrir la traición de él con su hermosa amiga.
Aún recordaba los consejos de Marta en esos primeros días, cuando llegó a su casa queriendo “ayudarla” a recuperar el interés de su marido. En realidad, lo que le había ofrecido era un disfraz de sí misma. Sintió la rabia recorrerle las venas.
¡Qué estúpida había sido!
Seguramente, en esos momentos de placer, mientras Marcos estaba con ella en la cama y la hacía gemir de deseo, pensaba e