Capítulo 55
El silencio del pasillo del hospital era sofocante. Aún podía escucharse el eco de las últimas palabras de Isabela, como un veneno repitiéndose en la mente de Thiago.
Aquella revelación de que Gael no era su hijo lo había dejado sin aire. Durante años había sostenido la idea de que ese niño era suyo, que llevaba su sangre y que debía protegerlo de cualquier cosa. Sin embargo, ahora, frente a esa confesión brutal, todo su mundo se tambaleaba.
Thiago salió del pasillo con el pecho ardiendo, necesitaba respirar, pero el aire parecía envenenado. Este se apoyó contra la pared llevando una de sus manos al rostro, y se dejó arrastrar por el peso insoportable de la verdad. Gael no era su hijo biológico… pero eso no cambiaba lo que sentía por él. Sus pensamientos en ese momento eran un caos y entre la rabia, la traición y el dolor, solo una certeza brillaba con fuerza: no iba a abandonar a Gael, eso jamás. Ese niño lo miraba como a un padre, y eso era lo único que realmente importa