Capitulo 11
“La desesperación de Erick”
Al llegar a su oficina, Antonio, su fiel guardaespaldas lo esperaba. Erick lo observó, tratando de encontrar en su expresión facial alguna respuesta satisfactoria. Pero lo único que encontró fue un semblante serio que no presagiaba nada bueno
—¿Dónde está Catalina?— preguntó, la desesperación que reflejaba su rostro delataba su estado.
—Señor, ella ha empacado sus pertenencias y se fue de la compañía… Traté de llegar a tiempo y detenerla, pero fue despedida a primera hora de la mañana—. Antonio se sintió frustrado al ver una mueca de dolor atravesar el rostro de su jefe. ¿Tanto le importaba aquella mujer?
Ante la respuesta de su guardaespaldas, simplemente se dio la media vuelta y se echó a correr rumbo al estacionamiento. Necesitaba encontrarla, explicarle la situación, tratar de remediar todo el daño que su hermana Lorena había ocasionado. Preso de la angustia y la desesperación, Erick Montenegro condujo a toda velocidad rumbo a la casa de C