Capítulo 58. Paseo con papá
Salgo a toda prisa de ahí, escucho que grita mi nombre y empiezo a correr temiendo que salga detrás de mí. Corro en dirección a la salida; no puedo estar más aquí y solo pienso en escapar.
Al llegar a la recepción de la entrada, choco con una persona, la cual me ve con preocupación; creo que me fue imposible contener las lágrimas.
—Hija, ¿qué te pasa?
—Perdón, estoy bien, solo por favor sáqueme de aquí, se lo suplico. —Me ve con asombro y preocupación, no me dice nada y me dice que vaya con él, le dice algo a su chofer y me ayuda a subir a su lujosa camioneta; ya dentro, solo me abraza y yo me derrumbo en sus brazos, no puedo contenerme.
No sé cuánto tiempo pasa, ni qué rumbo tomamos; solo siento que poco a poco me fui calmando y el auto se detiene. Mi padre baja, abre la puerta de mi lado y me da la mano para que baje.
Estamos en un lindo parque, se ve muy hermoso, está lleno de flores, árboles; hay alguno que otro juego para niños, pero no muchos y no hay mucha gente.
—Me gusta mu