No conozco la casa y solo busqué salir, pero ahora voy por un pasillo donde se ven varias puertas; me adentro a una de ellas en lo que trato de tranquilizarme.

Es que aún no puedo creer lo que pasó; cuando me fui todo estaba bien; todavía estando allá, me estuvo llamando, escribiendo, diciendo que me extrañaba, hasta me hizo su ridícula escena de celos cuando le dije que fui a la playa y salí en traje de baño. ¿Cómo pudo hacerme esto?, ¡¿cómo?! cuando él fue el que me presionó para que dejara a Hugo.

Estoy recargada en la puerta tratando de entender por qué no me dijo; total, me hubiera dicho que se quedaba con ella y listo, ¿para qué seguir con la mentira? ¿Qué pensaba, que nunca me iba a enterar?

Estoy perdida en mis pensamientos cuando levanto la vista y veo a un hombre frente a mí; es el licenciado Diego, que está recargado en un escritorio con una copa en mano mirándome.

—Perdón, no lo había visto, disculpe si interrumpí algo.

—Tranquila, no se preocupe, solo estaba tomándome un