Mi paciencia está por llegar a su final; digo, si de todos modos lo va a saber, no veo tan mala idea sea que sea yo quien se lo diga y así le baje a todo su relajo de la gran boda.

Es que ni siquiera es porque está enamorada; lo que más le atrae es la gran boda en sociedad, el echar la casa por la ventana y salir en revistas, que sus amigas admiren al bombón de hombre que se consiguió y que todos hablen de la gran boda, no porque realmente lo ame; es de lo único que ha hablado, jamás ha mencionado la ilusión de unir su vida a alguien que ame o sobre su futuro; como toda niña rica y caprichosa, solo le interesa lucirse en sociedad.

—Creo que te estás adelantando a las cosas; primero deberías asegurarte de que eso es en verdad de lo que quiere hablar contigo el doctor.

—Pues tal vez, pero es algo que ya decidí, he estado soñando todos estos días con eso y si él no me lo pide, se lo pido yo, pero de que me caso, me caso.

—Creo que no es algo que solo tú puedas decidir, también importa l