Capítulo 55. Huyendo
Sin pensar, corro para ver qué ha pasado sin importar nada; justo en ese momento se abren las puertas del elevador y él va entrando, tomándose el brazo, el cual va sangrando. Corro a verlo y dice que solo fue un rozón y que alcanzó a huir de los tipos.
Rápido, los médicos que estaban de guardia corren a ayudarlo y checar su herida; yo me voy con ellos, para cerciorarme de que de verdad esté bien. Todo ha sido tan terrible, mi cuerpo tiembla y como que no logro entender lo que sucedió.
Está sentado en una camilla; afortunadamente, solo fue un rozón y le harán una sutura pequeña. Yo estoy temblando, pero lo tomo de la mano como demostrándole que ahí estoy con él; él también se ve muy nervioso y pensativo.
—¿Tú estás bien? ¿No te lastimaron? Si no, para que te revisen de una vez.
—Estoy bien, no me pasó nada. —Se abre la puerta y veo entrar al doctor Sergio.
—¡Santo dios! ¿qué pasó? ¿Cómo están?
—Estamos bien, afortunadamente, solo fue el susto y el rozón del doctor —le digo para que se