Damon
Me encuentro frente al gran consejo, con el rostro impasible y el corazón pesado. Los ancianos están alineados en semicírculo frente a mí, sus miradas penetrantes ancladas en el frío mármol de la sala del Consejo. El olor de la sangre seca aún flota en el aire, un recordatorio amargo de la guerra que apenas hemos sobrevivido.
— Damon Blackwood —comienza el anciano más viejo, su voz grave resonando bajo las altas bóvedas de piedra—. Has solicitado audiencia.
Me adelanto, mis botas resonando contra el suelo de mármol. Mi mirada oscura barre la sala, deteniéndose en cada rostro. Siento la tensión en el aire, el peso del poder y la desconfianza.
— He venido a ofrecer una solución.
— ¿Una solución? —repite uno de los ancianos con un toque de desdén en la voz—. ¿Después de haber sumido a nuestros clanes en el caos?
Aprieto los puños. — Lucien nos manipuló a todos. Jugó con nuestras debilidades para sembrar la división. Pero ahora que está muerto, tenemos una oportunidad de reconstruir