Alina
La catedral del Consejo es aún más imponente por dentro que por fuera. Las enormes columnas de piedra blanca se elevan hasta el techo, sosteniendo arcos adornados con grabados antiguos. Una tenue luz azulada emana de los vitrales, proyectando sombras fantasmales sobre el suelo de mármol negro.
Damon no suelta mi mano mientras Ezra nos guía a través de un largo pasillo silencioso. El latido sordo de mi corazón resuena en mis sienes. Intento mantener la calma, pero la presencia de tal magia en el aire es casi sofocante.
Lucien camina a nuestra derecha, con una mirada fría y calculadora. Está alerta, listo para atacar ante el más mínimo signo de peligro.
Ezra se detiene frente a una gran puerta de madera tallada, incrustada con símbolos antiguos. Se vuelve hacia nosotros, su mirada oscura.
— Los Antiguos están listos para escucharlos.
Damon aprieta la mandíbula.
— Entonces, rápido.
Ezra abre la puerta, y entramos en una vasta sala circular. Doce siluetas encapuchada