José Manuel estaba en su oficina en Santacruz Tech, revisando los avances de su equipo en el desarrollo del proyecto, cuando una alerta roja apareció en la pantalla de su computadora.
“Intento de acceso no autorizado detectado”
Frunció el ceño y se inclinó hacia la pantalla. No era común que alguien intentara entrar en su sistema, mucho menos en los servidores donde se almacenaban los archivos confidenciales de la empresa.
—¡Laura! —llamó con voz firme.
Su asistente entró rápidamente, notando su expresión tensa.
—¿Qué ocurre?
—Alguien está intentando hackear nuestros archivos del proyecto —dijo, girando la pantalla para mostrarle los intentos fallidos de acceso.
Laura se acercó con el ceño fruncido.
—¿Tenemos identificado el origen?
—Todavía no, pero esto no es un ataque cualquiera —respondió José Manuel, pasando las manos por su rostro. No podía ignorar que este tipo de movimientos eran demasiado calculados.
Tomó el teléfono y marcó a seguridad informática.
—Nece