Capítulo 195: Contra el tiempo.
La sala de espera del hospital parecía haber sido arrancada de un universo sin tiempo. Todo era blanco, frío, insensible. Las paredes no ofrecían consuelo. Las sillas de plástico eran un castigo para quien las ocupaba más de cinco minutos. Pero Isaac llevaba horas allí, sin moverse más allá de unos pasos erráticos cada cierto tiempo, como si al caminar pudiera alejarse del dolor.
Miraba el reloj, pero las agujas se burlaban de él. No avanzaban.
Se había quedado solo. Los médicos no salían. Los pasillos seguían tan vacíos como su pecho. Solo se escuchaban murmullos lejanos, pasos de enfermeros y, a veces, los gritos apagados de otras urgencias. Pero ninguno de esos sonidos era el que él necesitaba.
Se levantó de nuevo, caminó hasta una máquina de café, introdujo una moneda y la dejó caer antes de terminar el gesto. El temblor en sus manos era incontrolable. Se apoyó contra la pared, cerrando los ojos.
¿Y si no sale de esa sala? ¿Y si la pierdo para siempre?
La idea lo sacudió desde lo