Capítulo 138: Bajo la luna.
Después de cubrirlos bien, María José y él se fueron a la cocina, dejando la puerta abierta para escucharlos si despertaban.
Se quedaron en silencio unos segundos, cada uno con una taza de té caliente entre las manos. Isaac la observó mientras ella revolvía el té distraídamente.
—Gracias por venir temprano hoy y pasar tiempo con nosotros.
—Gracias a ti por permitirme ser parte de sus vidas—respondió el—. No imaginé que iba a ser un día tan bonito.
—Fue más que eso —añadió ella—. Fue especial.
María José levantó la vista. Sus ojos se encontraron.
—Lo fue.
Isaac dio un paso al frente.
—Majo…
Ella respiró profundo, como si supiera lo que venía, y sonrió, aunque sus mejillas se tiñeron de rojo.
—No digas nada todavía —susurró—. Disfrutemos este momento. Los cuatro. Sin preguntas, sin prisas.
Él asintió con suavidad, bajando la mirada.
—Está bien. Pero quería que supieras que me haces bien. Tú… y este caos hermoso que se ha vuelto mi vida.
María José rio suavemente, tocándole la mano un se