Ameline Brooks era una chica sin hogar debido a un pasado doloroso, pero ella tenía sus trucos para dormir cómoda: colarse en hoteles. Y a veces en hoteles de lujo. Pero nunca habría esperado que en una de tantas noches se toparía con el hombre perfecto: guapo, rico y muy interesado en ella. Él la cree una prostituta de lujo y le ofrece mucho dinero, y Ameline hace lo impensable: se entrega a él. A la mañana siguiente, como lo cree un millonario ingenuo, decide robarle dinero, joyas y un reloj, sin saber dónde se metía, sin saber quién era él: Seth Rinaldi, el joven líder de la mafia más poderosa de la ciudad. Seth se sintió cautivado por Ameline, pero lo único que no podía perdonarle era que le hubiera robado su reloj, su mayor tesoro por ser el recuerdo de una persona importante, y por eso moviliza a todos sus hombres para encontrarla y así la secuestra con la intención de recuperar su tesoro. Sin embargo, las cosas no serán tan sencillas, a Ameline le robaron el reloj, y al no creerle Seth empieza a maltratarla y hacerla vivir un infierno... sin saber que ella está embarazada de su bebé. Cuando descubra el embarazo, Seth hará todo para que Ameline lo perdone, pero ya será demasiado tarde... ¿o no? ¿Acaso podría existir una pequeña oportunidad de que ella pudiera perdonarlo? Seth hará todo para ser perdonado, pero Ameline nunca olvidara el infierno que la hizo vivir por su desconfianza. ¿Acaso podrían alguna vez juntar las piezas rotas de su oscura historia de amor y convertirse en la familia que su bebé necesitaba?
Ler mais—Auch. —Ameline soltó una pequeña protesta al sentir la aguja de la enfermera extraer su sangre, aunque el dolor solo duró un minuto y pronto todo terminó y la enfermera limpió la zona—. ¿Solo eso?—Sí, con esto tendré tus resultados en más o menos cinco días —murmuró la enfermera, Vivian, muy seria, pero mirándola con visible preocupación y pena—. Debo irme ahora, congelar la muestra… Emm… —Dudó, mirando de Prissy a Ameline y luego a los guardias afuera—. ¿Algo más en lo que me necesites? ¿Alguna herida… has… s-sufrido algún abuso?—Vivian, no te preocupes, yo la estoy cuidando, no dejo que le hagan nada. —Prissy sonrió tristemente, palmeando el hombro de la mujer treintañera.—Sí, aparte de la falta de luz solar estoy bastante bien gracias a Prissy —añadió Ameline más que nada para no hacer sentir mal a la adolescente. Y además, incluso aunque gritara, se quejara y le pidiera a Vivian que por favor llamará a la policía y la sacara de allí, ¿qué podría hacer una simple enfermera en
Ameline pasó el resto del día sintiéndose mal, fatigada, y con hambre… pero a la vez asqueada de probar algún otro bocado… ¿Qué pasaba con ella? Se durmió rápido, y aparentemente durmió mucho más de lo normal, porque al día siguiente fue despertada por Prissy sacudiendo su hombro con preocupación.—¿Estás bien? Llevo un rato largo intentando despertarte… —La examinó rápidamente con la mirada—. Te veo algo pálida, aunque tu moretón ya se está desvaneciendo, pero… ¿te sientes mal? Ameline tragó saliva, sentándose lentamente y frotando sus ojos con pesadez.—La verdad… creo que comí demasiado —dijo con extrañeza, decepcionada consigo misma por no haberse controlado con la comida.—Oh… —Prissy frunció el ceño, examinando lo poco que le quedaba de comida teniendo en cuenta lo mucho que le trajo—. Bueno, supongo que es algo normal, pasaste varios días con solo poca comida… algunas personas luego se descontrolan.—Pero yo estoy acostumbrada a comer poco. —Ameline bufó—. Estuve más preocup
—Cuando Seth me hizo promesas… realmente no le preste atención —mintió Ameline en respuesta a la pregunta de Prissy—. Estábamos… ocupados en lo nuestro. —Carraspeó, algo sonrojada—. Él dijo muchas cosas, muchas sin sentido, realmente. —Oww… —Prissy pareció algo decepcionada, pero finalmente asintió, resignada—. Está bien, lo entiendo… Me dio curiosidad porque él no quiso darnos detalles, y normalmente es muy franco y dice todo sin tapujos, pero cuando nos habló de ti eligió cuidadosamente qué decir y qué no decir, eso nos llamó la atención a mamá y a mí. Ameline asintió, curiosa, pero al mismo tiempo diciéndose que eso no debía importarle. —Lamento decepcionar, pero en esos momentos una persona normalmente no quiere charlar, sino… hacer otras cosas. Prissy, sonrojada, apartó la mirada y asintió. —Ok, creo que es mejor cambiar de tema, volver al reloj… N-no me queda mucho tiempo aquí contigo. —Miró de reojo a los dos guardias que la habían escoltado a la celda—. Pero aun así te
—Entonces… ¿puedes decirme por qué Seth está tan obsesionado con ese reloj? —preguntó Ameline hacia Prissy, hermana de Seth, que asintió mientras terminaba de poner un poco de crema en su mejilla hinchada.—Sí, n-no creo que haya problema… muchos lo saben, incluso los enemigos de Seth. —Prissy tomó aire—. El reloj fue, en un principio, un regalo de bodas…—¿Un regalo de bodas? —Ameline se sorprendió—. ¿Seth se iba a casar? Antes de que Prissy pudiera responder, Marco de repente se apareció, golpeando con fuerza los barrotes de la celda.—Pristina —dijo Marco con dureza, mirando a la joven—. Tu hermano dice que necesita tu ayuda con un herido arriba, debes ir.—Oh… —Prissy miró con pesar a Ameline—. Lo siento, seguiremos hablando después… Y no te preocupes, puedes comer y beber todo lo que quieras, mañana te traeré más —le prometió, para luego marcharse junto con Marco, que le dedicó una mala mirada antes de retirarse con ella. Ameline maldijo al quedarse con la duda de la historia s
Ameline despertó sobresaltada al escuchar pasos acercándose a su celda, y se sentó rápidamente justo a tiempo para ver a Seth apoyarse contra los barrotes, mirándola con esos ojos serios e intrigantes que nunca delataban sus pensamientos.—Tu cara sigue bastante inflamada… —murmuró él con voz baja.—Sí, eso es lo que pasa cuando mandas a tu mastodonte a golpearme —dijo ella con rabia.—Ya te dije que yo no quería que él te lastime. —Y debo creerte ¿no? Así como tú me crees cuando yo te digo que no tengo tu estúpido reloj. —Le dio la espalda. Lo oyó suspirar con fuerza.—Creo que empiezo a entender por qué no me dices dónde está. Es porque estás protegiendo a alguien ¿no? Y seguro estás dispuesta hasta a morir por esa persona, para que pueda quedarse con mi reloj y ganar mucho dinero, es eso ¿no es así? Parece que eres ese tipo de persona, una protectora… una bastante ingenua, la verdad. Ella volteó a verlo solo para rodar los ojos.—Escucha, Einstein, descubriste que tengo amigo
Seth la besó con fuerza, con fiereza y pasión ardiente, queriendo demostrarle no solo que era capaz de complacerla, sino también que él la dominaba por completo, que la poseía y podía tenerla cuando quisiera. El pensamiento la ofendió lo suficiente para tratar de empujarlo lejos de ella, pero él continuó aprisionándola en sus brazos, pegándola más contra la pared y haciéndola jadear al sentir lo excitado que estaba por ella. Y Ameline no pudo evitar odiarse… porque su cuerpo traidor también estaba comenzando a arder de deseo por él. Sin embargo, no pensaba caer tan bajo, él era su secuestrador, ¡no iba a entregarse a un hombre que le quitó la libertad, la dignidad y que encima amenazaba a Kato! Dejando que la ira la dominara, Ameline hizo uso de todas sus escasas fuerzas y abofeteó con fuerza a Seth, intentando correr hacia la puerta y escapar… y lo logró, sorprendentemente. Seth no la persiguió, más bien se le quedó viendo con sorpresa. Pero… Ameline no llegó ni a la mitad
Último capítulo