Ameline pasó el resto del día sintiéndose mal, fatigada, y con hambre… pero a la vez asqueada de probar algún otro bocado… ¿Qué pasaba con ella?
Se durmió rápido, y aparentemente durmió mucho más de lo normal, porque al día siguiente fue despertada por Prissy sacudiendo su hombro con preocupación.
—¿Estás bien? Llevo un rato largo intentando despertarte… —La examinó rápidamente con la mirada—. Te veo algo pálida, aunque tu moretón ya se está desvaneciendo, pero… ¿te sientes mal?
Ameline tragó saliva, sentándose lentamente y frotando sus ojos con pesadez.
—La verdad… creo que comí demasiado —dijo con extrañeza, decepcionada consigo misma por no haberse controlado con la comida.
—Oh… —Prissy frunció el ceño, examinando lo poco que le quedaba de comida teniendo en cuenta lo mucho que le trajo—. Bueno, supongo que es algo normal, pasaste varios días con solo poca comida… algunas personas luego se descontrolan.
—Pero yo estoy acostumbrada a comer poco. —Ameline bufó—. Estuve más preocup