Capítulo 99. Reflejo de muerte
Thane alza a Marina sobre su hombro como si no pesara nada; en verdad, para él no pesa. Se siente absurdo por un momento: recuerda cómo ella lo derribó con un solo golpe y cómo sometió a Ramiro. Si alguien hubiera visto la escena, la vergüenza habría sido monumental. Aprieta la mandíbula y camina a grandes zancadas hacia la camioneta que espera a unos metros.
—Abre la puerta trasera —le indica a Ramiro, que corre detrás de él.
Marina forcejea con furia, golpeando sus costillas con los puños, escupiendo insultos.
—¡Suéltame, maldito imbécil! ¿Sabes con quién te estás metiendo? No soy como tú y lo vas a pagar. No me importa que tengas sangre alfa. Te haré pagar —grita—. Y a ese otro idiota también.
Thane no responde. La coloca dentro del compartimento trasero con cuidado. Luego se sube y se sienta a su lado. Ramiro cierra la puerta y toma el volante.
—Déjame ir —suplica Marina—. Esto es un secuestro, los denunciaré.
Thane abre la boca para replicar con dureza, pero Ramiro lo detiene con