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Capítulo 5 – El Peso del Futuro

Punto de vista: Max

No puedo evitar sentir el peso que conlleva ser el próximo Alfa.

Toda la responsabilidad de la manada recaerá sobre mí algún día, y lo sé desde que tengo memoria. Mis padres me han preparado para esto, pero a veces me pregunto si podré estar a la altura de sus expectativas.

Aunque trato de mantener la calma y ser calculador, en el fondo… me encantaría poder relajarme, dejar de pensar en lo que está en juego. Solo por un momento.

Este viaje a la manada no es solo una visita: es una prueba.

Lucas, Jason, los gemelos y yo estamos en una etapa clave. Estos dos meses podrían definir nuestro futuro como líderes. Mis padres están entusiasmados, y aunque intento parecer tranquilo, no puedo evitar sentir esa presión constante en el pecho.

¿Estoy realmente preparado?

Sé que puedo contar con ellos, pero hay días en que me siento solo en esto.


Punto de vista: Jason (Beta)

Viajar con los chicos siempre me ha parecido buena idea. Max y Lucas son mis hermanos de batalla, y los gemelos… bueno, son un dolor de cabeza, pero también parte de la familia.

Esta escapada será una aventura, algo que nos hacía falta. Pero, entre todo el entusiasmo, hay algo que no puedo quitarme de la cabeza:
¿Encontraré a mi mate?

Nunca se lo he contado a nadie, ni siquiera a Max. Pero hace años, conocí a la nieta del dueño del supermercado de la manada.

Ahora debe tener mi edad, quizá ya se transformó. No sé por qué pienso en ella justo ahora, pero está ahí, rondando mi mente.

Sé que no puedo distraerme. Tengo un rol que cumplir.

Mi lealtad es con Max, con la manada…

Aunque a veces me pregunto si algún día podré equilibrar ambas cosas.


Punto de vista: Lucas (Gamma)

Max será el Alfa. Jason, su Beta. Y yo… yo soy el Gamma. Sé que formo parte de este equipo, pero a veces me siento fuera de lugar.

Siempre he sido más reservado, más lógico. Prefiero los libros y el análisis a los golpes. Aunque cuando es necesario, puedo ser tan letal como cualquiera.

No es que no disfrute pelear, pero creo firmemente que la inteligencia también es poder.

Este viaje me deja sentimientos encontrados. Por un lado, me entusiasma. Es una oportunidad para afianzar nuestros lazos como equipo.

Pero por otro lado… me preocupa alejarme de la universidad y de las responsabilidades que ya tengo.

He estado ayudando a los gemelos con sus estudios, pero sinceramente, me agotan. No sé cuánto más puedo seguir cubriéndoles la espalda.

Y sin embargo, estoy emocionado.

Voy a ver a mi familia. A Rocío.

No la llamé hoy, es su cumpleaños, y debe estar ansiosa por su transformación. Mañana estaremos en casa. No sabe que llego. Le tengo un regalo: un conjunto de joyas que le va a encantar… y pasaré por un pastel antes de llegar. Me va a pedir que salgamos a correr como lobos. Lo haremos.

La dejaré sola por la noche, llorando. Luego volveré a buscarla.
Te extraño, hermana.

Aparte de mis padres, solo mi papá sabe que llegaremos. Él nos irá a buscar a la ciudad. Será un buen reencuentro.


Punto de vista: James (Delta)

La verdad, a veces no entiendo por qué Max, Jason y Lucas se toman todo tan en serio.

Sí, seremos los líderes del futuro… pero ¿dónde quedó la diversión?

Mientras ellos cargan el mundo sobre los hombros, yo prefiero disfrutar el presente. Reír, entrenar, coquetear un poco. ¿Qué tiene de malo?

Mi hermano y yo siempre hemos sido un equipo. Sabemos que sacamos de quicio a Lucas, sobre todo con los estudios, pero en el fondo, sabemos que nos quiere.

Estos dos meses en la manada serán intensos. Estaremos bajo la mirada de nuestros padres, pero también será la excusa perfecta para relajarnos, disfrutar y demostrar que no somos solo un par de bromistas.


Punto de vista: Jhon (Delta)

Aunque no lo diga en voz alta, hay algo que me inquieta.

Max, Jason y Lucas avanzan con firmeza en sus roles… y a veces siento que James y yo nos estamos quedando atrás.

Sí, somos los Deltas, pero ¿estamos realmente a la altura?

Nos reímos, hacemos bromas, pero sabemos que debemos ponernos serios. Este viaje no es solo una visita a casa. Es una prueba de lo que valemos como equipo.

De lo unidos que estamos.

Todos llevamos nuestras propias inseguridades, pero compartimos una certeza: nuestra lealtad entre nosotros es inquebrantable.

Y gracias a la Diosa, nadie está pensando en encontrar a su mate todavía.

Aún nos quedan dos años en Australia, y no vamos a tirar todo por la borda por un vínculo, por muy mágico que sea.

Además, somos jóvenes. Hay muchas chicas allá afuera.

Humanas, brujas, sirenas… incluso vampiras.

Quién sabe, tal vez el amor no está escrito, y nosotros escribamos nuestras propias reglas.

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