Advertencia
Este capítulo contiene escenas de sexo explícito y lenguaje inapropiado. Se recomienda discreción. Solo para lectores adultos (+18).
Punto de vista de Max
—Me tienes loco, Rocío —susurré contra sus labios, devorándola con los ojos, con las manos, con la respiración entrecortada por el deseo.
Ella temblaba. No sabía si era de nervios o de placer… probablemente ambas. Me ayudaba a quitarme la ropa, torpemente, como quien se atreve por primera vez a desvestir al deseo.
—Qué rico hueles, Rocío… —le murmuré, besando el hueco entre su cuello y su hombro.
La tomé en brazos y la llevé a la cama, sin dejar de besarla. Su cuerpo desnudo se enredó con el mío sobre las sábanas, su piel caliente, su respiración agitada, sus ojos brillando entre el miedo y la entrega.
—Max… —susurró cuando me acosté sobre ella, apoyándome en mis codos para no aplastarla—. Nunca… lo he hecho.
Sus palabras cayeron como un rayo. La miré, sorprendido. Su mirada se clavó en la mía con honestidad, con una ti