— Harper. Mira — La voz de Peter la sacó bruscamente de su trance de admiración Y terror. Se giró, parpadeando, intentando limpiar la imagen de Damon semi desnudo de su mente.

— ¿Qué tienes, campeón? — preguntó Harper.

Peter le mostró con orgullo su dibujo. Era un dibujo infantil, hecho con crayones gruesos, pero inconfundible.

Mostraba dos figuras humanas grandes y angulares, vestidas con algo que parecían túnicas o armaduras rudimentarias. Estaban parados frente a lo que claramente era un castillo de piedra, con una bandera triangular ondeando en la parte superior.

— Somos tú y yo — dijo Peter señalando con alegría — Mira, tú tienes pelo largo y yo tengo una espada.

Pero el detalle que hizo que el estómago de Harper se encogiera fue la leyenda escrita en el margen “mamá y papá antiguos en el castillo”.

Antes de que Harper pudiera formular una respuesta, la puerta del estudio se abrió. Damon entró, secándose el cuello y la nuca con una toal