El corazón del guardaespaldas: 9. Dormirás en mi apartamento
¿Debería llamar a Emilio? Fue una de las preguntas que se hizo mientras parecía hacer una zanja en aquella maldit4 sala de espera. Llevaba casi una hora desde que la ingresaron a urgencias. ¿Por qué diablos nadie le decía nada de ella?
— ¿Es usted familia de la paciente? — la voz de una mujer lo hizo girarse; se trataba de una enfermera. Lo miró desde la puerta por la que se la habían llevado con ojos indagadores.
El muchacho pasó saliva y se acercó a paso apresurado.
— Sí, no, bueno, yo soy su… novio — joder, otra vez mintiendo sobre eso. Al carajo, ¿qué más daba? Eso ahora no era lo importante, sino ella… esa chiquilla de ojos azules que lo tenía completamente embelesado y sin remedio alguno.
— Puede pasar a verla — le indicó con una sonrisa.
— Pero… ¿ella está bien? — deseó saber en seguida — ¿Qué fue lo que pasó?
— Eso lo sabremos tan pronto nos entreguen los resultados — mientras lo guiaba a su habitación le explicó un par de detalles a tomar en cuenta, pues su bajo peso no pasó