El corazón del guardaespaldas: 37. Hola, rubia
Para dar con ella, tuvo que ser sincero sobre sus sentimientos y hacer una promesa: no volver a romper su corazón ni hacerla llorar.

Era una amenaza qué, después de apostar por ese inesperado amor, Emilio se la hizo saber.

En un principio no corrió con demasiada suerte, sabía que podía llegar primero a Grecia y a ella a su marido; él no veía por otros ojos que no fuesen los de ella, por lo que cuando obtuvo una dirección como respuesta, se sintió realmente agradecido.

Cuando se enteró por Grecia que ella había ido a buscarlo el mismo día que dejó el apartamento para irse a casa de sus padres, se sintió miserable, ahora más que nunca debía recuperar su amor, su perdón.

Ella estaba en Berna, así que tomó el móvil de camino al aeropuerto y comenzó a checar todos los vuelos que había para ese día. Miró el reloj en su muñeca y suspiró frustrado, el más temprano salía hasta dentro de siete horas y eso era demasiado tiempo.

Él de verdad necesitaba estar con ella y suplicar que por favor
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo