Mundo ficciónIniciar sesión—Entonces, él va a casarse —dijo al lobo en el balcón en el que se habían encontrado.
No sabía distinguir entre el frío de esa madrugada y el de su alma, pero la noticia le había dado una vuelta a su condición, esperaba encontrar lo que para ella era una respuesta alegre, pero solo se encontró con un solo pensamiento.
—¿Por eso no acepto ser mi consorte?
—No, a él no le gusta ver a la mujer con la que está enlazada con otro hombre.
—Será más doloroso si el lazo no unifica, ¿cómo podemos cortar ese lazo? —inquirió mientras algunos de sus mechones flotaban
El pijama que usaba estaba siendo cubierto por una gran bata azul, los pompones en las muñecas y en la cola del mismo lo hacían lucir aún más costoso y de alguna manera más extravagantes.
No brindaba mucho calor; sin embargo, ayudaba a mantener a la reina en su melancolía.
—No hay manera.







