Al regresar a la cabaña de Elara, Valentina se sentía como si un torbellino de dudas y nuevas incógnitas la hubiera sacudido. Las palabras de Gustavo resonaban en su mente, mezclándose con la preocupación por la manipulación policial y la creciente urgencia por encontrar el cofre.
Magaly la observó entrar, notando la confusión y la agitación en su rostro. —¿Qué pasó, Valentina? ¿Qué te dijo Gustavo? Parecías muy preocupada al teléfono.
Valentina suspiró, dejando caer su bolso sobre una silla. Se pasó una mano por el cabello, sintiéndose exhausta y abrumada. —Dijo... dijo muchas cosas, Magaly. Cosas que podrían cambiarlo todo.
Se sentó pesadamente en el sofá, con la mirada perdida. Magaly se acercó y se sentó a su lado, ofreciéndole una mirada de apoyo.
—¿Sobre qué? ¿Tiene algo que ver con el secuestro o con el señor Contreras?
Valentina asintió lentamente. —Sí. Dijo que escuchó a Contreras hablar por teléfono sobre el cofre. Parece que es algo increíblemente importante para él, algo d