—Richard —dije con firmeza—, voy a regresar a Villa Esperanza. Estoy convencida de que tenemos que descubrir nuestro pasado.
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea, y luego escuché la voz de Richard, cargada de una palpable satisfacción.
—Eso era lo que quería escuchar, Valentina. Eso me complace mucho.
—Lo sé. Me voy esta misma tarde.
—Te espero.
Cuando terminé la conversación con Richard, marqué el número de Magaly. Necesitaba contarle mi decisión.
—Magaly —dije, apenas contestó—, voy a regresar a Villa Esperanza. Estoy convencida de que tenemos que descubrir nuestro pasado.
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea. —¿Y qué vas a hacer con tu trabajo aquí?
—Voy a renunciar —afirmé con una seguridad que me sorprendió a mí misma—. No creo que este sea mi futuro. No me veo trabajando en esto toda mi vida.
—¿Y qué vas a hacer con Gustavo? —preguntó, su tono ahora cargado de preocupación.
—Voy a terminar con él —respondí, sintiendo un peso levantarse de mis hombros al pro