—Hay mucha competencia en la industria del entretenimiento, ¡no tengo más remedio! —Leticia dijo en voz baja—. Soy tan guapa que no me puedes pedir que haga de criada, ¿no? Y le arrebaté este papel a tanta gente.
Con ganas de darle una paliza a la estúpida hermana, dijo Gisela,
—¡Leticia, te pago más de 10,000 dólares al año para que estudies en una escuela de arte y quieres ser el juguete de hombres!
—¡Sabía que dirías eso de mí! Gisela, eres demasiado ingenua, la industria del entretenimiento es complicada, nadie puede ser sencillo. Si de veras me quieres, ¡no deberías haber roto con Jael! Si tuviera su ayuda, yo...
Gisela le dio una fuerte bofetada a Leticia. Aquel nombre era un gran dólar para Gisela, al oírlo, le temblaban las manos y se quedó helada.
—¿Gisela? —Leticia nunca había sido golpeada por Gisela, estuvo estupefacta, mirando a Gisela con incredulidad—. ¿Me has pegado?
Leticia se enfadó mucho y le gritó a Gisela.
—¿Me has pegado? ¡He dicho la verdad! Mira con el hombre qu