[Cariño, te estoy esperando, Hotel Metrópolis, habitación 8082.]
La 8082 era la habitación donde se liaban a menudo, y Ricardo había dicho por la mañana que podría ir al hotel y esperarla, así que Nélida no tuvo la menor sospecha cuando vio el mensaje, y rechazó la amabilidad del ministro Díaz y llamó un taxi para ir al Hotel Metrópolis.
Una vez en el taxi, José mostró su verdadera naturaleza y acarició todo el cuerpo de Gisela. Gisela se retorció, fingiendo ser tímida, y se inclinó hacia su oído y le susurró: —Vamos al Hotel Metrópolis, ya he reservado una habitación allí.
—Eres atraída. —José le dio un apretón en el culo y mostró una sonrisa.
Gisela contuvo el malestar que sentía en su interior: «sigue sonriendo, no podrás reírte cuando amanezca mañana».
Gisela ya había estado una vez en el Hotel Metrópolis, y esta vez miró el hotel con náuseas, pero dejó que José la rodeara con el brazo para tomar el ascensor y entrar en la habitación.
José la quiso meter en la cama, y Gisela esquiv