33. DESEO
Kayla se sentía como si le hubieran arrebatado las fuerzas desde que le habían dado el alta.
Aún tenía que seguir con medicamentos, con vitaminas, pero, al menos, la herida de su cesárea cicatrizaba. Ojalá pasara lo mismo con las que no se veían, pensaba ella sin poder evitarlo.
Su mamá seguía en tratamiento, pero le había dado tranquilidad saber que seguía en la batalla contra su cáncer. Su padre Sean, la iba a ver. Ella no preguntaba por ellos. Su relación era personal. A ella solo le interesaba saber que su mamá seguía en pie, aunque se había preocupado mucho por lo sucedido con el embarazo. Al principio le habían ocultado un poco las cosas, pero cuando Kayla salió de terapia intensiva y habló con ella, debió decirle la verdad. Contrario a lo que creyó la joven, su madre la llenó de esperanza.
—Él estará bien, hija, ya verás, es como nosotras —le había dicho y, aunque estaba sensible, le había sacado una sonrisa igual que cuando le dijo todo lo que harían cuando Sasha estuviera mej