POV Elena
Cuando entré al departamento, todo el silencio que había logrado sostener durante la cena se vino abajo como si alguien hubiera desatado un nudo que yo misma llevaba horas apretando. Mientras me desvestia en la habitación, y mientras me quitaba el collar un sentimiento terrible me oprimía el pecho. Una angustia Que no podía describirme ni a mí misma. Ni siquiera intenté fingir que estaba bien. Apenas apague la luz, sentí el temblor en mis labios… y después, sin aviso, las lágrimas.
No fueron dramáticas, o tal vez un poco, porque el sentimiento no me dejaba respirar, Por más que intentaba contenerlas, las lágrimas continuaban derramándose como agua que por fin encuentra una grieta.
Andrea vino de su habitación en cuanto escuchó mi respiración entrecortada, o tal vez los sollozos no lo sé.
—¿Elena? —dijo encendiendo la luz y acercándose con pasos rápidos—. ¿Tan mal estuvo la cena?
Negué de inmediato, limpiando mi rostro con la mano.
—No… —mi voz salió quebrada—. No estuvo mal