Mundo ficciónIniciar sesiónEl sonido del monitor cardíaco llenaba la habitación con su ritmo pausado, constante, casi como un eco del corazón de Violeta. La luz blanca del hospital era tenue aquella mañana; Londres seguía cubierta de una niebla fría, y sin embargo, dentro de aquella habitación, el aire tenía un extraño calor.
Violeta se encontraba sentada sobre la camilla, con las manos entrelazadas sobre el regazo. Llevaba una blusa azul y un suéter gris que Liam le había insistido en traer de casa. A su lado, él permanecía de pie, con una expresión que mezclaba ansiedad y ternura.
El doctor revisaba los informes en silencio. El sonido del papel al pasar era lo único que rompía la calma. Violeta sentía el pulso en su garganta, un tambor constante que se aceleraba con cada segundo.
—Todo parece en orden —dijo el m&eacu







