El Año del Anclaje, el primer ciclo del Plan Quinquenal de Modulación, transcurría con una serenidad casi perfecta en El Silencio, Lysander, con seis meses de edad, era el punto focal de la paz inamovible de Kael, cuyo Espejo Emocional se mantenía constante en un sólido 10 de convicción, Elara, el Amplificador de Anclaje, aseguraba que esa pureza se mantuviera, y el niño prosperaba, la burbuja de verdad era impenetrable, Kael estaba convencido de que su única batalla pendiente era la paciencia, la espera controlada para que Lysander alcanzara la autonomía.
Helena, sin embargo, nunca descansaba, su lealtad a Lysandra y su rigor científico la impulsaban a la exhaustiva purga de los Archivos Maestros de Kael padre, a pesar de que la AI Ética había catalogado y destruido el 99.9% de los archivos tóxicos o redundantes, siempre quedaban fragmentos cifrados, huellas digitales demasiado oscuras o dañadas para ser clasificadas, los vestigios del caos que la máquina había ignorado por su irrele