El Director Vektor se tambaleó al ver la Falsa Bóveda desvanecerse en el aire, su furia descontrolada. Su mente, adicta a la simulación del control, no podía aceptar el fracaso total.
"¡Mentira! ¡Engaño! ¡Lo sabía! ¡La pureza es una debilidad que solo sabe traicionar!" gritó Vektor, levantando el Dispositivo de Supresión de Frecuencia (DSF) montado en su muñeca. Apuntó el emisor directamente a Kael. "Dame al niño, o te convierto en un vacío. El Protocolo de Latencia Cero vivirá, y tu convicción morirá aquí."
Kael se paró firme. Su 10 de convicción no era un escudo físico, sino la absoluta fe en la verdad que había cultivado durante años. "La convicción no muere, Vektor. Solo tú has elegido simular su muerte."
El Choque de la Latencia
Vektor activó el DSF. Un pulso invisible, una onda de latencia total, salió del dispositivo, diseñado para anular las frecuencias anómalas de la mente humana, forzando la mente a un estado de silencio neural, la neutralización del alma.
Kael sintió el asa