La amenaza de los nanobots de simulación, el Protocolo de Latencia Cero de Kael padre, había fracturado la paz controlada de El Silencio, obligando a Kael y Elara a una acción desesperada, la única forma de desmantelar esa maldad latente era que Elara, el Amplificador de Anclaje, se conectara directamente a la red de Orion Corp., al corazón de la simulación corporativa, para rastrear las coordenadas de la toxicidad, Kael sabía que esta era la prueba más grande de su Lealtad del Espejo, debía mantener su 10 de convicción de paz ante el asalto emocional del mundo.
Helena, con una cautela casi maternal, preparó la interfaz en la cámara de resonancia, un nexo de conexión sensorial que permitiría a Elara proyectar su Habilidad Despertada a través de las fibras ópticas y los servidores de la red de la corporación, sin el filtrado total del cobalto, solo el esencial para prevenir el daño físico, no el emocional.
"Elara, la conexión durará solo tres minutos," le recordó Kael, tomando su mano,