—Olvídalo. No estoy para ser parte de tus caprichos. Te repito que todo esto será por la seguridad y protección de nuestro hijo, de mi familia.
Intenta irse, interrumpiendo el momento de intimidad que estoy teniendo con mi hijo, con mi mano sobre su vientre, sintiendo apenas un movimiento que altera todos mis sentidos. Pero es suficiente para dejarme claro que lo único que quiero en esta vida es conservarlos a mi lado, sin importar cómo o qué debo hacer.
—También eres egoísta, lo estás siendo ahora mismo —digo con un tono bajo, no quiero que lo tome como un reproche o a modo de discusión.
Se ríe irónica.
—Esperaba todo, menos que me salieras con esto. Ahora resulta que yo soy la culpable de tu comportamiento.
—No, no digo eso. Solo que con tu orgullo estás haciendo imposible que disfrute de la etapa de tu embarazo, de mi hijo.
—No te estoy negando nada. He puesto a tu disposición cada uno de los caprichos que han surgido con respecto al embarazo, así que no vengas con tus cuentos y mu