«Quiero denunciar a Beatriz Shells, mi madre biológica».
Esas fueron mis primeras palabras en la estación de policía de California.Una mujer tomó mi denuncia y mis declaraciones. Asimismo, no tardó en tomarme losdatos necesarios y pedir una orden de restricción contra ella.La trata de personas es ilegal y nefasta, sobre todo un tema cancerígeno en el mundo.Lo que hice fue una prohibición cautelar decretada contra el inculpado con la finalidad deproteger a la víctima y que prohíbe a este residir o acudir a un determinado lugar oaproximarse o comunicarse con aquella.Beatriz quiso venderme como si no valiera nada. No solo recurrí a Matt para que ella meliberara, también recurrí a la justicia para tratar de sacar de mi vida a esa mujer asquerosa yalejarla de mí.Me tomaron la denuncia, cosa que agradecí. Aunque fui a la estación con el corazón enla boca y con un miedo inexplicable, con el papel en mi mano me siento segura. Ahora deboapro